19 nov 2008

Mitorelato-10 El fotógrafo que se quedo ciego.

Me he empeñado en recordar al toresano Luis Cuadrado, a la derecha. Junto a él Teo Escamilla, su discípulo. Ya no viven. Pero crearon escuela en la dirección de fotografía en el cine español. La entrada de esta semana va de un fotógrafo que... se quedó ciego.






Su padre fue vidriero. Se le ocurrió llevarle a Victor Erice unas imagenes de un pintor: Veermer. Fue la inspiración para la luz de una de las películas bellas del cine español. Eso y la luz de su tierra toresana, mesetaria, dorada, triste, hermosa.

























Metáfora fotografiada por Luis Cuadrado. Dramático blanco y negro, cuando el cine tenía que usar de símbolos y metáforas para contar historias en voz baja...

"Aquel rodaje con Carlitos, La Caza. Allí era otra cosa. Que calor, que tierra tan salvaje. Pero me encontraba bien. Las gafas de sol que me regalo Prada, buen tipo el Prada. Todos los de la Caza eran grandes actores. La saturación, el sudor, el polvo, el calor quedaban impregnando el negativo. Cuando vi la película, como una pesadilla, como un estado febril, envidias, celos, sensación de pesadilla con aquel muerto del agujero, una pesadilla." ….. La caza. Luis Cuadrado










El espíritu de la colmena ha tenido estudios, reflexiones, análisis No van por ahí los derroteros. Para los interesados:El cine de Victor Erice. Jose Luis Castrillón e Ignacio Martin Jimenez, publicado por Caja España. Colección Aprender a mirar.


Hoy no escribo sobre el inolvidable co-guionista Angel Fernandez Santos, enorme crítico y maestro, ni la mirada de Ana, ni la interpretación de Teresa, de Fernando....... Ni del director Victor Erice.....


















Es la luz del fotógrafo que se quedo ciego.. la protagonista de esta entrada.







“Alguien a quien yo enseñaba últimamente mi colmena de cristal, el movimiento de esa rueda tan visible como la rueda maestra de un reloj. Alguien que veía a las claras la agitación innumerable de los panales, en zarandeo perpetuo, enigmático y loco de las nodrizas sobre las cunas de la nidada, las cereras como escaleras y puentes animados, las espirales invasoras de la reina, la actividad incesante de la multitud, el esfuerzo inútil e incesante, las idas y venidas con ardor febril, el sueño ignorado fuera de las cunas. Alguien que miraba esas cosas una vez dejado a un lado el asombro, aparta la vista en la que se veía no se que triste espanto” Maurice Maeterlinck – La vida de las abejas
Los persas tenían a Ormuz, dios de la luz. Y a Ahrimán dios de las tinieblas. Luis Cuadrado fue tocado por ambos.
Luis Cuadrado operador de cine. Nació en Toro (Zamora) en 1934. Su vida profesional relacionada con el cine fue especialmente fructífera, y puede decirse que sin él no se entendería hoy el cine español de las últimas décadas. El trabajo de Luis Cuadrado fue truncado por una progresiva ceguera.

Entre las películas en las que Luis Cuadrado intervino como director de fotografía figuran obras tan representantivas como La caza, El jardín de las delicias y Peppermint frappé, de Carlos Saura; Mañana será otro día y Un invierno en Mallorca, de Jaime Camino; Juguetes rotos y Adiós, cigüeña, adiós, de Summers; El espíritu de la colmena, de Víctor Erice; Hay que matar a B y Furtivos, de José Luis Borau; El amor del capitán Brando, de Jaime de Armiñán; La regenta, de Gonzalo Suárez; Pascual Duarte, de Ricardo Franco, y Emilia, parada y fonda, de Angelino Fons, además de otras de muy diversos autores españoles y extranjeros.
Cuando ya fue imposible contar con Luis Cuadrado como operador de cine, el mundo del espectáculo se volcó en su homenaje. La obra de Luis Cuadrado, en efecto, fue glosada y homenajeada en diversas capitales españolas. Por otra parte, el Festival Internacional de Cine de Londres le dedicó un ciclo en el que fue destacada la contribución de Luis Cuadrado a dar al cine una nueva luz.
José Luis Borau dijo que para Luis Cuadrado «cada plano era un desafío.
Jaime Chávarri señaló que Cuadrado «era el mejor».
Ricardo Franco sobre la paradoja «la tremenda injusticia» de la ceguera de Luis Cuadrado.
Manuel Gutiérrez destacó la calidad de Luis Cuadrado como un hombre totalmente entregado al cine.
Basilio Martín Patino dijo, acerca del trabajo del operador: «No se puede dar más.»
Luis ha hecho algo tan difícil, tan difícil, como ser colaborador insustituible y maravilloso amigo», declaró Carlos Saura, y Gonzalo Suárez explicó sus palabras de este modo: «Le dije a Luis Cuadrado que me habían pedido que escribiera algo sobre él. Al oírlo se puso a gatas en el suelo y colocó un papel en blanco sobre su espalda. Luego me ofreció un bolígrafo: «Ahora ya puedes escribir algo sobre mí», me dijo. «No olvidemos que Luis Cuadrado es hijo de un restaurador de vidrieras, y que desde niño vio trabajar a su padre en las catedrales. Convirtió las pantallas en ventanales e impuso su propia estructura de luz y color al cristal transparente», añadió Suárez.


Cada película es hija de sus circunstancias y a pesar de que no está dispuesto a rodar a cualquier precio, como él mismo comentó en referencia a las largas pausas entre sus películas, Erice parece saber renunciar, al contrario de lo que dice su leyenda, en aras de posibilitar dentro de esos límites los proyectos en los que se embarca. En este punto, Elías Querejeta apuntó, no sin cierta urgencia pues parecía que la simple mención de la palabra 'costes' no era de su agrado, otro elemento que condicionó el proyecto y decantó la elección hacia el color, y que fue una reunión de ambos con el director de fotografía de la película, Luis Cuadrado, a la cual este último llegó acompañado de unas reproducciones de cuadros de Vermeer como aproximación a la concepción que tenía para la fotografía de la película.
Además de sus motivaciones políticas, lo suficientemente veladas como para poder salvar la censura tardofranquista, El espíritu de la colmena nació como homenaje, revisitación y aproximación estética al mito de Frankenstein y sus plasmaciones cinematográficas. Por ello, en un primer momento, Erice pensó la película en blanco y negro, "no me salía de otra manera", afirmó. Erice siempre ha sentido gran admiración por el Cine Expresionista Alemán, "tengo un lado oscuro que me emparenta con cineastas como Murnau, por ejemplo". Pero, al final, la película se rodó en color sobre todo por motivos de distribución y por lo que el director definió como una "asunción de sus límites", unos límites que facilitaron un acercamiento "más intimista" para no aumentar en demasía los costes de producción.


Las más de 600 páginas del libro de Carlos Heredero inician su recorrido en las de otro libro, Directores de fotografía del cine español, editado en 1989 por la Filmoteca Española, en el que otro analista e historiador de nuestro, cine, Francisco Llinás, acumuló y ordenó un ingente material de estudio destinado a abrir paso al conocimiento de la. obra, hasta entonces prácticamente ignorada fuera de círculos de iniciados, de los creadores de la luz del cine español.Este libro contiene los primeros estudios globales de la obra de personalidades capitales de la historia del cine español, algunas de las cuales forman parte del conjunto . de fotógrafos ahora convocados por Heredero en El lenguaje de la luz. Es el caso, entre otros, de José Luis Alcaine recordemos El sur, El viaje a ninguna parte, El sueño del mono loco y Xabier Aguirresarobe, creador de la tumultuosa y, no obstante, matemática imagen de 27 horas y Días contados.
No parece casual que el libro de Heredero se abra donde se cierra el de Llinás: con entrevistas a estos dos cineastas. Y menos casual que El lenguaje de la luz esté dedicado a la memoria de Luis Cuadrado, maestro directo e indirecto de uno y de otro. Tampoco es azaroso que la presentación del libro fuese cerrada por la proyección de El espíritu de la colmena, película en la que Cuadrado creó la célebre luz-miel que envuelve a este poema cinematográfico.
Son los citados dos nombres de engarce entre el punto sin retorno que es Cuadrado en la historia del cine español y el despliegue del conjunto de maestros conformado por ellos y los otros 12 nombres restantes que llenan el libro. Dice Heredero: "Hay que situarlos de igual a igual, pues es un grupo variado y que no forma una escuela propiamente dicha, sino que cada uno explora a su manera su propia idea del cine. Son personalidades muy brillantes con trayectorias marcadamente diferentes, lo que les convierte en el vivero de búsquedas más variado, innovador, arriesgado y fructífero del cine europeo actual".
Los restantes creadores de luz son: Juan Amorós (Tiempo de silencio, Fanny Pelopaja), Fernando Arribas (Divinas palabras, Bernarda Alba), Hans Burman (Los santos inocentes, El rey pasmado), Teo Escamilla (Furtivos, Maravillas), Ángel Luis Fernández (Arrebato, La ley del deseo), Gerardo Gormezano (Innisfree, El viento de la isla), Carles Gusi (Vacas, Todo por la pasta), José Luis López Linares (Mientras haya luz, Amo tu cama rica), Alfredo Mayo (Tacones lejanos, El aliento del diablo), Jaume Perecaula (Mater amatisima, Tras el cristal) y Carlos Suárez (Remando al viento, Patrimonio nacional).Y se añade finalmente el nombre de Juan Ruíz Anchía (El desencanto, Crónica del alba) -fotógrafo español situado en las cúpulas de Hollywood-, que es el más refinado iluminador de Julia Roberts, Al Pacino y, ahora, Madonna, y que es creador del prodigio tenebrista Glengarry Glen Ross, lo que le sitúa en una órbita profesional similar a la del fallecido Néstor Almendros, cuyo rescoldo actual, entre los agrupados por Heredero, es Jaume Perecaula, sobre quien ejerce una influencia distante y similar a la de Luis Cuadrado sobre las mayoría de estos cineastas desconocidos, pero cuyo trabajo sostiene la existencia en el mundo de una forma específicamente española de mirar las cosas.
"Lo entrevisté ya ciego en la Casa de la Cultura, como se llamaba entonces, la biblioteca de Zamora. Sería unos meses antes de su muerte, finales de los setenta. Yo le pregunté por sus películas, su magistral fotografía en alguna de ellas. Le dije que sería de un fotógrafo ciego. Yo era muy joven, muy tierno. Fue irónico y utilizo el humor. El rato que hable con él no lo olvidare. Pasados unos años su ciudad natal rindió homenaje a su memoria y escuela. Vino Teo Escamilla, su viuda. Yo les acompañe.

El autor del Blog con Teo Escamilla. Toro Marzo 1984. Homenaje a Luis Cuadrado.








































1 comentario:

César dijo...

Como si Rachmaninoff hubiese perdido las manos o la Callas, la voz; una verdadera pena.
Pero tiempo le dio a hacer un trabajo espléndido; eso es lo que cuenta.

César Noragueda

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